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Este año se cumplen dos décadas desde que llegaron los primeros empleados a la Ciudad Grupo Santander, o como también se le conoce, de la Ciudad Financiera. Ya en su día fue un proyecto pionero con un marcado carácter español a cargo de los estudios KR & JD y que ha ganado premios como el Pritzker en 1982, el galardón más prestigioso de arquitectura.
Hoy, con más de 250 hectáreas, 9 edificios de oficinas y casi 13.000 personas trabajando, este espacio en Boadilla del Monte es uno de los campus empresariales más grandes del mundo. En él se encuentran los servicios centrales del banco. Sin embargo, la ciudad representa mucho más. Desde su inauguración, ha sido el lugar de trabajo de más de 63.000 personas y ha servido y sirve en la actualidad de punto de encuentro entre el arte, el progreso y el talento.
Un referente en innovación
En los últimos años, la digitalización ha sido un motor de cambio central en la evolución de nuestras empresas. También para Banco Santander que ha hecho de la Ciudad Financiera un entorno cada vez más competitivo en el que la tecnología, la eficiencia operativa y la innovación han sido ejes centrales.
Y es que, desde su construcción, ha sido uno de los proyectos más ambiciosos de nuestro país. La ciudad es ejemplo de los mayores adelantos en tecnología, tanto en equipamiento para el puesto de trabajo y el desempeño profesional como para la mejora de las comunicaciones.
Ejemplo de esto es que en este espacio se emplean redes de transmisión de última generación, más veloces y con mayor capacidad para comunicaciones multimedia, y alberga varios centros de procesamiento de datos, para garantizar la máxima seguridad en la prestación de servicios.
Además, el Centro de Formación El Solaruco suele ser escenario de los actos más relevantes del banco y también de la enseñanza de programas de distinta índole para los empleados.
Las personas, siempre en el centro
Además de la innovación, la Ciudad Financiera fue concebida desde sus inicios pensando en las personas que trabajan en ella con un objetivo prioritario: su desarrollo profesional y su salud y bienestar personal.
Por eso, el espacio contiene algunos establecimientos que buscan hacer la vida diaria de los empleados mucho más fácil como óptica, zapatería, peluquería, agencia de viajes, tintorería o los propios servicios de sucursal bancaria. Sus restaurantes disponen de la certificación Ecocook y el sello de Restauración AENOR que garantiza la seguridad alimentaria.
Además, cuentan un centro deportivo dotado de las últimas innovaciones tecnológicas en fitness o clases dirigidas, piscina cubierta, pistas de tenis y pádel, campos de fútbol 7 y 11, de baloncesto y de voleibol, vóley-playa, un circuito de jogging, 2 campos de golf y un campo de prácticas.
Banco Santander también pone al servicio de sus empleados un centro médico dotado con todos los equipos y servicios necesarios para ofrecer ejercer medicina del trabajo, preventiva y rehabilitación, así las áreas de oftalmología, odontología, ginecología y dermatología, entre otras.
Desde 2021, existe un centro de procesado de frutas y verduras para los almuerzos de la plantilla que, no solo apoya la economía local y dinamiza el sector primario, sino que, además, favorece el consumo de frutas y verduras de temporada entre los empleados.
Con el fin de mejorar la conciliación, la Ciudad Financiera tiene un centro de educación infantil, el más grande de Europa, con capacidad para matricular a 500 niños.
Por último, otra de las muestras del compromiso de la entidad con las personas es un proyecto específico de accesibilidad universal que el banco realizó con la fundación ONCE. Gracias a él, la Ciudad Grupo Santander es un lugar accesible para cualquier persona con problemas de movilidad reducida, de capacidad auditiva, de capacidad visual y/o capacidad cognitiva.
Pensando en el futuro
El compromiso y el respeto al medioambiente también son evidentes en la sede de Banco Santander prácticamente desde su diseño. La ciudad destina un 70% de su espacio a zonas verdes, con una cuidada reforestación y repoblación con especies arbóreas autóctonas como los más de 1.200 olivos plantados en sus instalaciones de los cuales 400 superan los 500 años y 13 son olivos milenarios. Un espacio al que pueden acceder todos los empleados y sus familias para realizar deporte al aire libre o disfrutar de un día de ocio rodeados de naturaleza.
En cuanto a sus edificios, la estructura de planta de las oficinas y el diseño de las instalaciones, los convierten en un referente de optimización energética. Ejemplo de ello es la tecnología LED que se emplea en cada edificio y que supone un ahorro anual de energía de 1,81 millones de kWh al año.
También dispone de la mayor planta fotovoltaica en edificios de oficina, con más de 10.000 paneles de diferentes potencias que generan 6,5 millones de kWh al año. Esto evita la emisión de 2.546 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Además, la CGS está certificada con ISO 14.001 y como Residuo Cero, gestionando y valorizando todos los residuos que se generan.
La Ciudad Financiera ha ido mucho más allá de ser simplemente la sede corporativa del banco, convirtiéndose en un punto de encuentro donde valores fundamentales como el progreso, la sostenibilidad, la diversidad y el bienestar se unen en un espacio común que ofrece un mundo de posibilidades a cada uno de sus empleados, clientes y la sociedad en su conjunto.
