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La inusual presencia de oruga procesionaria en pleno invierno ha generado alerta en municipios madrileños como Leganés y Getafe. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) advierte que «las altas temperaturas están adelantando la aparición de estas larvas«, conocidas por sus peligrosas reacciones alérgicas en humanos y animales.
En Leganés, la concejala de Medio Ambiente, Violeta Bonet, ha informado sobre alertas vecinales en áreas residenciales como La Fortuna y El Carrascal. La colaboración ciudadana se vuelve crucial para la detección temprana de estas larvas, que pueden habitar en pinos y cedros y desencadenar reacciones alérgicas severas.
En Getafe también se han reportado avistamientos de orugas procesionarias en el parque Lorenzo Azofra y La Alhóndiga-Sector III. El Ayuntamiento ha tomado medidas contratando empresas de tratamientos fitosanitarios para el control de plagas y la eliminación de nidos de estas larvas, en un esfuerzo por proteger a los ciudadanos y mascotas.
Las orugas procesionarias, cubiertas de pelos urticantes, representan un riesgo para la salud tanto de personas como de animales. Los síntomas van desde irritaciones en la piel y ojos hasta reacciones alérgicas graves. El ciclo de vida de estos insectos, afectado por el cambio climático, demanda una acción preventiva temprana por parte de las autoridades locales.