Banco Sabadell cerró 2023 con un beneficio de 1.332 millones de euros, un 55% más que en 2022, un resultado que supone el mejor en la historia de la entidad, y que se ha debido gracias al buen comportamiento del negocio comercial, al incremento del margen de intereses, y a la reducción constante del volumen de provisiones «por la mejora de la calidad de crédito de la entidad», unos estos factores que «compensaron la reducción del cobro de comisiones a clientes y el aumento de la factura fiscal». Así lo ha comunicado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que por primera vez ha superado con creces la frontera de los 1.000 millones -lo más cerca que había estado son los 908 millones de 2006, en pleno ‘boom’ inmobiliario-.

El incremento del margen de intereses -la diferencia entre la rentabilidad del activo y los intereses pagados por el banco- ascendió a 4.723 millones, un 24,3% más que en 2022, pese a que las comisiones netas cayeron un 7%, hasta los 1.386 millones. La reducción del volumen de provisiones por la mejora de la calidad del crédito favorecieron este resultado, dado que ambos factores compensaron las menores comisiones de clientes y el aumento de la factura fiscal. Por ello, los ingresos del negocio bancario -la suma del margen de intereses y de las comisiones netas- alcanzaron los 6.109 millones de euros, un 15,5% más en términos interanuales, mientras que el margen bruto sumó 5.862 millones, un 13,2 % más.

El banco ha explicado que elevó su rentabilidad Rote hasta el 11,5% y el capital CET1 se situó en el 13,21%, niveles que prevé mantener para el año en curso. Los costes recurrentes fueron de 2.982 millones, un 3,5% interanual más, por lo que el ratio de eficiencia del banco mejoró en 2,5 puntos y se situó en el 42,6%. Por su parte, el margen de clientes aumentó y a cierre del año era del 2,99%, tras aumentar 46 puntos básicos en términos interanuales. Banco Sabadell cerró 2023 con un saldo de 149.798 millones de euros, lo que significa una caída interanual del 4,1%.

Cn estos números, el consejero delegado del banco, César González-Bueno, se ha mostrado muy satisfecho y ha asegurado que estos resultados son «consecuencia de la profunda transformación acometida en los últimos años», destacando que la solidez del banco permite «un fuerte aumento de la remuneración a los accionistas» y se ha mostrado «muy optimista» sobre la evolución de la entidad en el futuro.

El banco que preside Josep Oliu prevé mantener la rentabilidad por encima del umbral del 11,5% y el capital en niveles superiores al 13%, al tiempo que espera que el margen de intereses continúe su tendencia alcista y la morosidad bajo control. Así, la ratio de morosidad cerró el año con una mora del 3,52%, ligeramente superior a la de 2022, que entonces era del 3,41% pero inferior a la de 2021, que fue del 3,65%. Los activos problemáticos bajaron durante el año en 223 millones de euros, hasta cerrar con un saldo de 6.748 millones, de los que 5.777 millones son préstamos dudosos y 971 millones son activos adjudicados.

En cuanto a la filial británica, TSB, cerró el año con unos beneficios de 175 millones de libras (205 millones de euros), casi un 71% superiores a los de 2022, con lo que TSB aportó 195 millones de euros al beneficio del grupo Banco Sabadell. Banco Sabadell ha precisado que TSB ha iniciado «un plan de mejora de la eficiencia para reducir costes y enfocarse así en la aceleración de su actividad principal, la vinculada a la comercialización de hipotecas, en la que ha estado históricamente especializada».

Gracias a estos números, el consejo de administración ha aprobado el pago de un dividendo complementario de 0,03 euros por acción y un programa de recompra de acciones de 340 millones, por lo que la remuneración total al accionista en el conjunto del año será de 666 millones de euros, un 55% interanual más.

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