Países Bajos llega a la Eurocopa afrontando algunas cuestiones importantes. El seleccionador, Ronald Koeman, tiene que resolver tres incertidumbres clave. Todas tienen que ver con las lesiones y afectan a Justin Bijlow, del Feyenoord, en la portería; Frenkie de Jong, del Barcelona, en el mediocampo; y Memphis Depay, del Atlético de Madrid, arriba.

En circunstancias normales, Koeman no escogería a jugadores con tan poco tiempo de juego durante la temporada, pero las circunstancias actuales no son normales. Finalmente, De Jong no estará en la Eurocopa al no recuperarse de su lesión. Sí contará con Virgil van Dijk y Depay. En la portería, Koeman aún debe decidir quién será el titular. Biljow, como se ha mencionado, ha tenido problemas con las lesiones, mientras que las alternativas, Mark Flekken, del Brentford, y Bart Verbruggen, del Brighton, carecen de experiencia en competiciones internacionales.

La fase de clasificación no fue tan apacible como se esperaba y estuvo plagada de incidentes, sobre todo antes del primer partido contra Francia. En lo que más tarde se dio en llamar currygate, varios jugadores de la concentración de la selección en Zeist enfermaron la víspera del partido y fueron enviados a casa en mitad de la noche, porque el personal temía que se tratara de un virus. Unos días más tarde se averiguó que el problema había sido el pollo al curry que habían tomado esa noche.

Un equipo mermado encajó rápidamente dos goles en los 10 primeros minutos en el Stade de France y acabó perdiendo por 4-0. A partir de ese momento, tuvieron que recuperar el terreno perdido y no se aseguraron la clasificación hasta el penúltimo partido, frente a Irlanda. La victoria clave fue un apretado 1-0 en Atenas contra Grecia justo en el partido anterior.

Koeman reconoce que su equipo necesita jugar mejor en Alemania si quiere llegar lejos. “Sabemos muy bien que tenemos que mejorar en varios aspectos para competir con los demás países punteros”, declaró tras asegurarse la clasificación. “Está claro que nuestro fútbol puede y debe mejorar”.

El seleccionador

Ronald Koeman es un técnico experimentado con un historial impresionante como entrenador de club. El seleccionador de 61 años está al mando de Países Bajos por segunda vez, pero es su primera aparición en un torneo importante. Durante su primera etapa al frente de la Oranje se clasificaron para la Eurocopa 2020, pero llegó el Barcelona, que indemnizó con 4 millones de euros a la Federación de Fútbol de Países Bajos, y Koeman se marchó sin disputar la fase final de aquel torneo. No obstante, las cosas no le fueron muy bien por tierras catalanas y regresó como seleccionador en enero de 2020, con la promesa de implantar un estilo de juego nuevo y diferente.

El icono

La selección de Países Bajos siempre ha destacado por su fútbol de ataque. Su estilo tan reconocible se remonta a 1974, cuando asombraron al mundo con un nuevo concepto del fútbol. Hoy en día, en cambio, son los defensas quienes más entusiasman a los aficionados. El capitán del Liverpool y de Holanda, Virgil van Dijk, es quien lidera al equipo dentro y fuera del campo. El jugador, de 32 años, mantiene con Koeman la misma excelente relación que tenía con Jürgen Klopp en el Liverpool. De hecho, Koeman fue el entrenador que trajo a Van Dijk a Inglaterra cuando dirigía al Southampton y le dijo que podría llegar a ser uno de los mejores del mundo.

Jugador al que seguir

Ian Maatsen es la elección sorpresa para el lateral Izquierdo de Países Bajos, dado que Danny Blind, que ocupó ese puesto en el Manchester United (ahora juega en el Girona), quizá tenga que retirarse de la selección. Todo dependerá de si Koeman opta por un carrilero izquierdo más volcado en el ataque o por un lateral más seguro en la cobertura defensiva. Maatsen pertenece al Chelsea, pero ha cuajado una magnífica temporada cedido en el Borussia Dortmund, revelándose como uno de los laterales izquierdos más interesantes de Europa.

El inconformista

Memphis Depay es el jugador al que Koeman debe vigilar tanto en el campo como fuera. En la cancha es capaz de inventar genialidades y opta a convertirse en el máximo goleador histórico de Países Bajos en este torneo. Cuando no está jugando, Depay es muy impredecible y puede sorprender al seleccionador y a sus compañeros con vídeos en las redes sociales o comentarios que provocan vergüenza ajena. Se le ha criticado mucho en su país por su apoyo a su excompañero internacional Quincy Promes, condenado por tráfico de estupefacientes y por darle un navajazo a su primo en la rodilla. Depay se defiende: “Es mi amigo y nunca doy de lado a la familia o a los amigos. No digo que esté de acuerdo con según qué cosas, pero siempre apoyaré a mis amigos. Mi hermano se pasó también 10 años en la cárcel…’’.

La medular

La columna ideal del equipo de Países Bajos sería Bijlow, Van Dijk, De Jong, Depay, pero es muy poco probable que veamos a los cuatro al mismo tiempo sobre el campo, al menos en la fase de grupos. Países Bajos tiene otro centrocampista creativo en Joey Veerman, del PSV, quien previsiblemente se marchará a la Premier League o la Serie A en verano. Brian Brobbey, joven delantero del Ajax, podría servir de reemplazo para Depay.

Probable once inicial

5-3-2: Mark Flekken – Denzel Dumfries, Lutsharel Geertruida, Virgil Van Dijk, Nathan Aké, Micky Van de Ven – Tijjani Reijnders, Veerman, Jerdy Schouten – Memphis Depay, Cody Gakpo.

Aficionado famoso

El cantante Jan Smit, que ha lanzado 24 álbumes de estudio, tres discos en directo y 33 singles desde 1997, es el más grande de los aficionados célebres del equipo. Ha llenado estadios como cantante, aunque preferiría pasar por un aficionado más, como hace Rod Stewart con Escocia. Cantará en los lugares designados para los aficionados de la Oranje en Alemania. Smit, que actuó de anfitrión en el certamen de Eurovisión celebrado hace tres años en Países Bajos, está muy implicado en el fútbol. Fue presidente del FC Volendam hasta este mismo año, y con él al mando lograron el ascenso a la Eredivisie.

Delicia culinaria

Los holandeses comen su aperitivo favorito, las bitterballen, en casa delante de la tele o en el estadio. Pese al nombre, no son nada amargas. En realidad, las bitterballen son unas albóndigas que se fríen en aceite y se toman con una cerveza. A los turistas les encantan. Las raciones suelen ser de cinco o seis unidades

Este es un artículo en colaboración con The Guardian. Marcel van der Kraan es periodista en De Telegraaf.

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