Se dice con sorna, pero el paso del tiempo y la Lista de Especies Protegidas nos permiten afirmar que en algunos concejos de Asturias es más fácil toparse con un lobo o con un oso que con un menor de 16 años. La estadística no engaña. Con apenas el 10% de la población entre 0 y 14 años, la mayor tasa de envejecimiento de España (249 personas por encima de 64 años por cada 100 menores de 16) y la segunda tasa global de fecundidad más baja del país (24,84 niños nacidos vivos por cada 1.000 mujeres en edad reproductiva), la tendencia se ha acelerado en las últimas décadas y continuará haciéndolo durante los próximos años por la incorporación del baby boom a este grupo de edad.

Este proceso de “gerontocrecimiento” se producirá independientemente de lo que ocurra en los tramos inferiores de la pirámide demográfica, incluso, en el mejor de los escenarios posibles, con un aumento de la natalidad, o, incluso, la llegada de nueva población joven migrante. Y se hará aún más notable como consecuencia del aumento de la esperanza de vida de la población asturiana, que alcanzaba en 2022 los 85,14 años para las mujeres y 79,65 para los hombres. Ahora, el Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de dar la última puntilla demográfica a Asturias: la población del Principado se reducirá en los próximos quince años de 1.008.874 (diciembre de 2023) a 967.328 habitantes.

De acuerdo con estas proyecciones, Asturias registraría entre los años 2024 y 2039 la mayor pérdida de población entre las comunidades autónomas, tanto en términos absolutos, 41.546 habitantes, como relativos, un 4,1%. Las previsiones del INE detallan que el Principado registraría en los tres próximos lustros el saldo vegetativo más negativo entre las comunidades autónomas, con una tasa de -134,7 por cada mil habitantes.

En este periodo, el tamaño medio de los hogares asturianos bajaría de 2,21 a 2,02 personas, el más pequeño entre las comunidades autónomas, frente a una media nacional de 2,32, y Asturias se situaría como la segunda comunidad con mayor proporción de hogares unipersonales (40,5%), sólo por detrás de Castilla y León. Igualmente, se apuntaría el segundo saldo migratorio exterior más bajo entre las comunidades autónomas, de 74,9 personas por cada mil habitantes, sólo por detrás de Extremadura (49,8).

La barrera psicológica de bajar del millón de habitantes se sortea, de momento, gracias precisamente a ese saldo migratorio que permitió acabar 2023 con una población de 1.008.874 personas. Se ha compensado de esta manera el crecimiento vegetativo negativo y se ha logrado que, 15 años después, Asturias haya vuelto a ganar población.

Ante esta realidad, la pregunta es clara: ¿existen medidas específicas y efectivas para contener el declive demográfico en la comunidad más envejecida de España y que lleva perdiendo habitantes desde los años ochenta del siglo pasado? Uno de los mayores expertos en la materia es el asturiano Rafael Puyol, catedrático de Geografía Humana, doctor honoris causa por siete universidades de América Latina y ex rector de la Universidad Complutense de Madrid, de la que en la actualidad sigue siendo rector honorario. Su opinión es clara y así la ha manifestado en sus intervenciones públicas: “No sé si existe solución, pero sí paliativos que permitirían mejorar la demografía asturiana. Asturias tiene un nivel de deterioro tan grande que cualquier recuperación de alguna variable, por pequeña que sea, siempre será positiva. Todavía hay posibilidades de una recuperación, aunque será muy complicado, casi imposible, recuperar las cifras que Asturias tenía hace 50 años”.

Por su parte, la doctora en Sociología de la Universidad de Oviedo, Marta Ibáñez, pone el foco en favorecer las condiciones sociales y laborales de las mujeres: “Si las mujeres no trabajan baja la fecundidad. Y si sus condiciones laborales, la calidad del empleo y la conciliación no son buenas, de mano se produce un retraso en el primer hijo y se reduce la posibilidad de un segundo hijo, que, desde mi punto de vista, es básico para el repunte demográfico”. El análisis de estas conclusiones se publicará después del verano en un artículo elaborado por la profesora Ibáñez junto a Aroa Tejero y Fermín López.

Ley de Impulso Demográfico

Entre las medidas propuestas por expertos demógrafos, la natalidad, la recuperación de talento y evitar la fuga del mismo, el freno al despoblamiento de las zonas rurales y las migraciones destacan en una nómina de actuaciones que el Gobierno de Asturias ha incluido en la Ley de Impulso Demográfico aprobada por el Parlamento asturiano y que en el Ejecutivo presidido por el socialista Adrián Barbón se considera como una herramienta imprescindible. Lo dice la vicepresidenta del Gobierno de Asturias y consejera de Reto Demográfico, Gimena Llamedo: “Si invocamos los grandes asuntos de Estado para Asturias, no hay mayor asunto de Estado en esta comunidad autónoma que el impulso demográfico. Por eso el Gobierno de Asturias otorga prioridad ya desde la pasada legislatura a las medidas encaminadas a favorecer el equilibrio territorial y a revertir una tendencia que no es exclusiva de la comunidad, sino de toda la sociedad occidental. El reto demográfico es una política prioritaria para el Principado y la Ley de Impulso Demográfico ha sido la primera iniciativa legislativa de la actual legislatura”.

Entre las medidas que se están impulsando se encuentran, por ejemplo, la red de escuelas de 0 a 3 años; las ayudas directas a la natalidad (mayores en los municipios rurales en riesgo de despoblación); las ayudas a la conciliación; o las deducciones del IRPF a las familias numerosas (de dos y más hijos), para el cuidado de hijos e hijas y para fomentar la emancipación y la autonomía de los menores de 35 años. También se prevé la puesta en marcha de la oficina del retorno para asturianos residentes en el exterior y la mejora de las ayudas para las personas retornadas que se asienten en el Principado, además de bonificaciones para quienes trabajan en el medio rural (como la bonificación de 100 euros al mes para autónomos que trabajan en municipios de menos de 23.000 habitantes).

¿Revertirá esta ley el deterioro demográfico de Asturias? Habrá que esperar, pero expertos como Rafael Puyol lo tienen muy claro: “Como no se pongan pronto en marcha medidas correctoras, la situación se va a deteriorar de manera progresiva y va a llegar un momento en el que no se va a poder corregir. La situación será casi irreversible. Es necesario una política que actúe sobre la natalidad, fecundidad, el envejecimiento, las migraciones, la despoblación; pero es necesaria una política ya. El deterioro será cada vez más profundo y la corrección será mucho más difícil”.

Y en eso trabaja el Gobierno regional: “Las políticas demográficas sólo dan resultado a medio y largo plazo. Las propias previsiones del INE son mejores que las que había hecho el instituto hace años, lógicamente, aspiramos a revertirlas, aunque somos conscientes de que llevará tiempo”.

Pilares de la ley asturiana para frenar el declive demográfico

Clasificación de concejos. Se establecerán cuatro categorías de municipios: demográficamente dinámicos, inestables, en crisis demográfica y en riesgo de despoblamiento.

Fiscalidad diferenciada. En línea con las políticas aplicadas por el Gobierno este mandato, especifica la necesidad de establecer beneficios para contribuyentes que residan en concejos con especiales dificultades demográficas, así como a determinados grupos sociales o colectivos.

Atención a la población migrante. El articulado también dedica atención al apoyo e integración de la población inmigrante mediante medidas que favorezcan su arraigo en la comunidad. Asimismo, se articulará una estrategia de apoyo a asturianos y asturianas en el exterior que proyecten regresar.

Fomento de la igualdad y la conciliación. Plantea otorgar prioridad a las mujeres en los requisitos de acceso a ayudas y subvenciones en concejos con especiales dificultades demográficas, impulsar la creación de casas amigas y bebetecas en ámbitos rurales, y priorizar a las familias monoparentales en subvenciones, prestaciones y servicios.
Arquitectura normativa e institucional. El texto incluye la elaboración de una estrategia de intervención frente al reto demográfico que determinará los objetivos a desarrollar. Además, todos los proyectos de ley, decretos y planes estratégicos deberán ir acompañados de un informe de impacto demográfico. Asimismo, se prevé la constitución de una comisión gubernamental como órgano de asesoramiento, apoyo y coordinación, que estará integrada por un vocal de cada consejería.
Igualmente, se creará un observatorio y consejo social, concebido como un foro de participación, con representación de los agentes sociales, el movimiento asociativo y la Universidad de Oviedo.

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