El mayor cheque en la historia de los grandes espera este domingo al ganador del US Open, el tercer grande de la temporada, en el campo de Pinehurst, en Carolina del Norte. Un talonario de 4,3 millones, un premio más gordo del que reparte un torneo de la Liga saudí, busca dueño. Son 21,5 millones en total a repartir en el campeonato, un nuevo subidón respecto al curso anterior en la continua escalada económica por la competencia entre el circuito de LIV y el PGA Tour. Ha pasado más de un año desde que ambas partes anunciaran un acuerdo para acabar con la guerra civil en el golf pero la paz sigue sin firmarse, y las citas del Grand Slam son el oasis en el que las grandes estrellas coinciden. El US Open es otra muestra.

Bryson Dechambeau, hombre de LIV, es el líder con siete golpes bajo el par después de una tercera ronda de gran golf en la que dominó como nadie unos greens diabólicos, duros como piedras y que dificultan muchísimo el control de la bola. El estadounidense tiene tres golpes de ventaja sobre un grupeto que forman Rory McIlroy, gran bandera del PGA Tour, Patrick Cantlay y Matthieu Pavon. Con -2 marchan Matsuyama y Aberg, y con -1, Hatton y Finau. Son los únicos ocho golfistas que bajan del par del campo en este tremendo US Open.

DeChambeau persigue su segundo grande después del US Open de 2020, antes de partir a la Liga saudí. Más cuentas pendientes tiene McIlroy, que a los 35 años anda en busca de su quinto major, el primero en 10 años después de coronarse con el US Open en 2011, el Campeonato de la PGA en 2012, y de nuevo el PGA y el Open Británico en 2014. Desde entonces, el norirlandés suma 20 clasificaciones entre los 10 mejores de un grande, siete de ellas comprimidas en 2022 y 2023, cuando más cerca ha estado de reverdecer laureles. Este curso fue 22º en el Masters de Augusta (el único grande que le falta) y 12º en el PGA. En el US Open vuelve a llamar a las puertas de la gloria.

De la lucha por la victoria se alejó Sergio García con tres bogeys en los cuatro primeros hoyos y una vuelta con subidas y bajadas hasta el +1. El castellonense se clasificó a última hora para este grande a través de las previas y se ha paseado por la zona alta de la clasificación.

David Puig celebró su condición de golfista olímpico para los Juegos de París con una nueva vuelta bajo el par. Si el catalán arrancó el jueves con seis sobre el par y el corte cuesta arriba, y por lo tanto la opción de ir a los Juegos se alejaba, el viernes remontó con -2 en la jornada y este sábado descontó otro golpe al campo de Pinehurst para situarse en +3. El barcelonés, de 22 años, coleccionó cinco birdies y cuatro bogeys, y dejó algún impacto soberbio como la salida en el par tres del hoyo 15. Mucho mérito para Puig, jugador de la Liga saudí, donde comparte el equipo de los Fireballs con Sergio García, para buscar puntos en circuitos menores como el Asian Tour; así ha escalado poco a poco posiciones en el ránking mundial hasta superar a Jorge Campillo y ganarse el billete olímpico como acompañante de Jon Rahm (el vasco no está disputando este US Open por una infección en un pie). Los torneos de LIV no puntúan, de ahí el peregrinaje de Puig con el sueño de los Juegos como gran reto. Rahm logró el billete como número ocho del mundo.

Quien siguió sin recuperar su juego habitual fue el número uno del mundo, Scottie Scheffler, que enlazó su tercera vuelta seguida en un grande por encima del par del campo: 71, 74 y 71 golpes en estas tres jornadas para un total de +6, fuera de la lucha por el título cuando aterrizó como el gran favorito.

Clasificación del US Open.

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