En el España-Croacia de inicio de la Eurocopa no hubo partido sobre el césped por la superioridad mostrada de principio a fin por los jugadores de Luis de la Fuente, como ha reconocido Mariano Rajoy en su comentario. En cambio, en las gradas tampoco hubo color. O más bien sí, pero al contrario que en el verde, favorable al rojo y blanco ajedrezado.

Más de 50.000 aficionados balcánicos poblaron las butacas del Estadio Olímpico de Berlín, relegando a la inferior pero entusiasta hinchada hispana a un papel secundario, que con sus poco más de 10.000 seguidores se esforzaban por hacerse notar en el graderío.

Mantuvieron el respeto institucional cuando sonaron los acordes del himno español, reforzado por célebre cántico de los españoles. La que era afición visitante ya se había desgañitado, eso sí, mientras entonaban el croata.

Su goleada en la grada no se vio en el campo. Ahí ganó España. «España ha ganado. Hizo lo que todos esperábamos (yo por lo menos). Es bueno comenzar así, porque sabido es por todo el mundo que a quien madruga Dios le ayuda», escribía Mariano Rajoy en su artículo en El Debate. Antes, se la soltó a Pedro Sánchez. «La selección española de fútbol nos va a dar alegrías en esta Eurocopa. Las necesitamos. No van a ser suficientes para mitigar los disgustos que quienes ustedes saben nos dan a diario, pero menos da una piedra»

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