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El Reagrupamiento Nacional (RN), partido liderado por Marine Le Pen, ha anunciado este martes su intención de romper con su aliado de la extrema derecha alemana Alternativa para Alemania (AfD). Las declaraciones del candidato de AfD a las elecciones europeas del 6 al 9 de junio, Maximilian Krah, sobre las SS nazis han sido la gota que ha colmado la paciencia de Le Pen, embarcada en un esfuerzo para limpiar la imagen de su formación y convertirla en aceptable para una mayoría. Tras las elecciones europeas, el RN dejará de pertenecer al mismo grupo en la Eurocámara que sus actuales socios alemanes, según varios portavoces.
“Ya no nos sentaremos con ellos en la próxima legislatura”, declaró al diario francés Libération Alexandre Loubet, director de campaña del cabeza de lista lepenista para las europeas, Jordan Bardella. La ruptura entre dos de los principales partidos de extrema derecha en Europa llega en vísperas de unas elecciones en las que este campo ideológico espera ser decisivo. Otro portavoz del RN confirmó al diario italiano La Repubblica: “Nuestra decisión se aplicará después del 9 de junio durante la composición del nuevo Parlamento Europeo”.
En declaraciones al diario italiano, el candidato Krah, de AfD, había afirmado: “Nunca diré que cualquiera que llevase un uniforme de la SS era automáticamente un criminal”. “Hay que evaluar la culpabilidad caso por caso”, continuó, “al final de la guerra había casi un millón de SS. Incluso [el Nobel de literatura de ideología socialdemócrata] Günter Grass perteneció a la Waffen-SS.” En uno de sus últimos libros, y tras esconderlo toda su vida, Grass confesó haber pertenecido de adolescente a esta rama militar de organización nazi implicada en el Holocausto.
El RN ha pertenecido hasta ahora al grupo europarlamentario Identidad y Democracia (ID), junto a la AfD. La ruptura entre ambos podría implicar que el RN abandona ID y se suma a Europeos Conservadores y Reformistas (ECR), al que pertenecen los españoles de Vox o los partidarios de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Otra posibilidad sería que Le Pen excluyese a AfD del grupo ID. Y otra aún, que intentase unir a todas las derechas nacionalistas y populistas bajo un mismo grupo, aunque sus diferencias en cuestiones esenciales como la guerra de Ucrania o la OTAN dificultan la entente.
“No puede cuestionarse, ni justificarse, ni minimizarse lo que pertenece al súmmum de la barbarie en la historia de la humanidad”, reacciona otro portavoz del RN, Gaëtan Dussausaye, citado también por Libération. El RN es el partido heredero del Frente Nacional, fundado entre otros en 1972 por Jean-Marie Le Pen, padre de la actual líder, y por antiguos colaboracionistas con la Alemania durante la II Guerra Mundial y la ocupación de Francia. Le Pen padre, condenado por sus declaraciones antisemitas, fue expulsado por Le Pen hija, quien se ha distanciado de este pasado y ha convertido a su partido en la primera fuerza de oposición en Francia y favorito para las europeas.
Los roces entre Le Pen y la AfD no son nuevos. Las revelaciones en Alemania, a principios de año, sobre los planes internos de la extrema derecha de este país para expulsar masivamente emigrantes colocaron al RN en una posición incómoda. Eran demasiado radicales, incluso para este partido que hace bandera de la lucha contra inmigración. AfD, envuelta en las últimas semanas en varios escándalos por supuesto espionaje en favor de China o por usar eslóganes nazis, se estaba convirtiendo en un socio embarazoso que podría empañar la imagen de partido de gobierno que quiere presentar Le Pen.
La presencia de Le Pen en el cónclave internacional convocado por Vox el pasado fin de semana evidencia su deseo de tender puentes entre ID y ECR. En declaraciones a la prensa en Madrid, la jefa del RN, candidata a suceder a Emmanuel Macron en las presidenciales de 2027, ya cargó contra el partido alemán. “AfD no está dirigida”, dijo para indicar que, en su opinión, carecía de liderazgo y línea. “Esto plantea una inquietud sobre la que debemos discutir cuando reflexionemos sobre el futuro grupo”. Ya estaba todo dicho: la extrema derecha alemana es demasiado extremista, incluso para Le Pen y sus amigos de Madrid.
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