Andalucía alcanzó en 2023 los 33,9 millones de turistas, una cifrá récord gracias al incremento del 9,9% que se registró en 2022 y un 4,3% más de lo registrado en 2019. Según los cálculos de la administración andaluza, el incremento de la actividad turística supuso en 2023 un impacto directo e indirecto en términos económicos de 24.800 millones de euros. Para este año, las previsiones son también muy optimistas y es posible que se superen los 35 millones de turistas.

Estos datos no solo afectan al segmente de sol y playa, sino que la aportación de segmentos como el rural también es muy iportante. Según la encuesta de ocupación de alojamientos de turismo rural , en 2023 se registraron 448.267 viajeros y 1.459.972 pernoctaciones. De ellos, 295.105 viajeros provenían de España y 153.162 de otros países.

Por provincias, el liderazgo destacado lo tiene Málaga, con 189.291 viajeros y 749.221 pernoctaciones. La segunda provincia, con casi cuatro veces menos de viajeros es Huelva, con 50.783; le sigue Jaén con 41.792; Granada y Córdoba, con 38.279 y 38.075; Sevilla con 33.947; Almería con 29.781; y Cádiz con 26.318.

Para este verano las previsiones son optimistas porque el turismo rural no es solo para el invierno y otoño. En el caso de Málaga, además, la cercanía a las playas añade un plus para este tipo de establecimientos.

Así, según la plataforma malagueña Ruralidays, la ocupación del turismo rural en Málaga para julio roza el 70% y crece al 77% para agosto, y, además, se espera que las reservas de última hora aumenten estos porcentajes hasta casi alcanzar el 100% en agosto.

El CEO y cofundador de la plataforma malagueña de turismo rural Ruraludays, Félix Zea, señaló ayer que «nos encontramos ante el mejor verano para el turista indeciso de última hora, debido a que aún contamos con disponibilidad de alojamientos con una buena calidad-precio».

«Normalmente otros años para esta fecha apenas quedaban opciones que cumplan con las características que la gran mayoría de viajeros van buscando. Solían estar disponibles aquellas casas con precios muy elevados, normalmente de lujo, y otras que no tenían piscina para el disfrute de la temporada estival», agregó.

A su juicio, este hecho se produce «por dos motivos fundamentalmente: en primer lugar, porque cada vez hay más oferta; y en segundo, porque el turismo vuelve a ser menos previsor tras dejar atrás los años de pandemia en que los alojamientos se reservaban con meses de antelación. Ahora, vuelve la tendencia de la reserva de última hora».

Así, de momento, la ocupación para julio en la provincia de Málaga roza el 70%, un porcentaje «que a buen seguro crecerá hasta rozar el lleno en el mes estival por excelencia».

«También hemos observado que el sector del turismo rural está cambiando y evolucionando mucho y que los alojamientos que antes y mejor se reservan son los más premium y aquellos que apuestan por diferenciarse mediante un equipamiento especial, y aquellas que siguen las últimas novedades en decoración. Ya no todas las casas rurales se alquilan, sólo aquellas que siguen mejorando de manera continua para satisfacer al nuevo tipo de turista. La tendencia es acercarse al confort de un hotel con la privacidad de una casa» en el campo, mantiene.

Por su parte, en Andalucía, la ocupación de julio y agosto para la misma fecha ya está unos cuatro puntos por encima del año pasado. Según el ritmo de ocupación, destacan Cádiz y Málaga, que superan la media de Andalucía. Coincide que son las provincias con más oferta y las favoritas para visitar durante la época estival.

Esta plataforma señala igualmente que pese a la la tendencia de reservar en el último minuto, también existe una buena proporción de viajeros que reservan con mucha antelación. De hecho, más del 26% de las reservas de julio y agosto se realizaron el año pasado.

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