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El hemiciclo ha vivido un auténtico espectáculo durante el debate previo a la aprobación de la ley de amnistía tras el veto del Senado.
Las alusiones del líder de Vox, Santiago Abascal, desde el atril a cuando el portavoz de los Comunes, Gerardo Pisarello, quitó la bandera española del balcón del Ayuntamiento barcelonés en 2015, han prendido la mecha.
El diputado de Sumar ha pedido a la presidencia de la Cámara responder desde su escaño por alusiones, a lo que Armengol ha accedido, para reivindicar sus orígenes familiares como nieto de republicanos españoles que se exiliaron en Argentina, contraponiéndolos con la figura del «señorito» que atribuyó representar a los de Abascal. Que completó con los calificativos de «neofascistas» y «filonazis».
El grupo parlamentario de ERC, sentado justo debajo, se han puesto en pie para dedicarle una fuerte ola de aplausos y reconocimiento por sus palabras, que también durante su intervención han sido de defensa de las fuerzas independentistas .
El portavoz de la derecha alternativa, José María Figaredo pidió, seguidamente, y por los mimos artículos de reglamento de alusiones, intervenir en defensa de su grupo parlamentario. Francina, entonces, se lo ha negado, y las pataletas y protestas han estallado en los escaños de Vox, pero también en alguno popular.
Al ver negada la palabra, el coportavoz, sin el micrófono abierto, les espetó un «los fascistas sois vosotros» a la zona del hemiciclo ocupada por Sumar, Podemos y los republicanos.
Ha indicado la presidenta del Congreso, entonces, al diputado del PSOE encargado de defender su ley de amnistía, Artemi Rallo, que es su turno para intervenir.
Mientras encaraba las escaleras del atril del Parlamento, los representantes de Vox, especialmente un exaltado Ignacio Hoces, los diputados Manuel Mariscal y el propio Figaredo, han dedicado, de pie y señalando con el dedo, gritos de «traidores», «vendidos» y «corruptos».
Con primeras y únicas llamadas al orden al portavoz parlamentario de Abascal y al diputado Sánchez García, que han sido contestadas por la bancada verde con más puñetazos en el escaño y solicitudes a viva voz de «fuera» contra la presidenta Armengol.
El diputado socialista también les dedicó, continuando la senda marcada por Pisarello, a los de Vox la consideración de fuerza «neofascista» y «filonazis».