Italia se llevó un buen susto en apenas 23 segundos, pero no tardó demasiado en solucionarlo (puede leer aquí la ficha y el minuto a minuto del partido). Todavía con los futbolistas asentándose en el campo, Dimarco se confió en un saque de banda y puso un balón neutro del que se aprovechó Bajrami. Se quedó con la pelota y fusiló sin contemplaciones a Donnarumma. Justo en el fondo de esa portería estaba la grada de la afición albanesa, y llamarlo locura fue poco. Estaban en el famoso «muro amarillo» de los seguidores del Dortmund, y le hicieron honor, aunque vestidos de rojo. Es el gol más rápido en la historia de las Eurocopas y esta es la decimoséptima edición.

El defensor del título empezaba del revés, pero no se puso nervioso. Albania ya tenía un premio importante, pero por delante había demasiado tiempo, demasiados minutos para dedicarse a defender, que es lo que hacía, o lo que le obligó a hacer su rival. Italia presionó arriba y encerró en su área a los albaneses. En un cuarto de hora ya estaba el problema solucionado.

Marcó Bastoni de cabeza después de un centro delicioso de Pellegrini y después Barella con un remate de primera, un gran recurso, desde el borde del área. Se dice desde hace años que la selección transalpina ha perdido talento, pero el centrocampista del Inter de Milán anda sobrado de él. Tiene jerarquía, movilidad, pide el balón y además esta vez hasta marcó el gol que terminó siendo decisivo. A veces es como una pared, le llega el balón de un compañero y lo rebota con criterio y mejorado al mismo futbolista o a otro vestido con la misma camiseta.

El cambio de panorama no supuso un cambio de guion en el encuentro. Albania, que está disputando la Eurocopa por segunda vez en su historia, no tenía nada la pelota, pero es que tampoco lograba contragolpear. Un disparo desde lejos de Asani era celebrado como si fuera un mano a mano. No conseguía acercarse más el conjunto dirigido por Sylvinho. De hecho, que llegara al borde del área ya era mucho. Si el resultado no se movió más antes del descanso fue por la actuación del portero Strakosha, que desvió lo suficiente el intento de vaselina de Fratessi para mandar el esférico al palo y cerró el espacio a Scamacca para abortar también una ocasión inmejorable.

Rey Manaj tuvo el empate

Italia disfrutaba con un buen manejo de balón y con la velocidad de Chiesa, un diablo vestido de futbolista.

La llegada del descanso no trajo cambios de jugadores, pero sí en el desarrollo del partido. Albania por fin logró encadenar más pases y tenía posesiones más largas, pero el resultado era el mismo, porque no conseguía mirar de cerca a Donnarumma. Tampoco Italia estaba incómoda, esperando la oportunidad de robar cuando le tocaba defender y sin perder la paciencia para atacar. Lo único malo para los de Spalletti era que el marcador era corto. Como no sentenciaron, casi lo pagan.

Lo hizo de maravilla Rey Manaj: el desmarque, el control orientado con el pecho y el remate, pero el gigante cuerpo de Donnarumma evitó que la pelota se fuera a la red.

Share.
Exit mobile version