El machismo y su violencia está presente en todo momento, no solo cuando el resultado es especialmente grave. A nadie se le ocurriría pensar que una banda terrorista o un grupo criminal organizado no existe cuando no comete un atentado, todo lo contrario, siendo conscientes de su existencia se desarrollan medidas e iniciativas para lograr detener a sus miembros antes de que vuelvan a actuar. Con la violencia de género ocurre lo contrario, y se piensa que solo existe cuando el resultado de la agresión es el asesinato.

Sin embargo, en España cada día 1.025 mujeres sufren violencia de género (Macroencuesta 2019), de las cuales solo denuncia un 21,7% debido a las justificaciones sociales y a que la propia violencia las atrapa y retiene bajo sus imposiciones y consecuencias. Esta es la razón que lleva a que entre las mujeres asesinadas casi el 80% nunca haya denunciado antes la violencia que ejercen sobre ellas los hombres que terminan asesinándolas.

Nos estamos equivocando en la respuesta que damos ante la violencia de género. Si las circunstancias que la definen se caracterizan por su amplia presencia, la justificación, la no denuncia y la posibilidad de aumentar el riesgo hasta el homicidio por la falta de respuesta y asistencia a las víctimas, no podemos permanecer en una actitud pasiva llamando insistentemente a que sean ellas quienes acudan a la denuncia, porque esta no se va a producir, al menos en un porcentaje significativo como para que la respuesta desde la administración de justicia tenga un impacto social que conduzca a su erradicación.

Sería ideal que la mayoría de las mujeres que sufren violencia o sus entornos denunciaran, pero después de 20 años de la Ley integral contra la violencia machista no ha ocurrido y no va a suceder. Si el grado de conciencia crítica en la sociedad fuera tan alto como para que se denunciara la violencia de género en un porcentaje importante, superior al 60% o 70%, todos los mitos, estereotipos y justificaciones que permiten que se instaure en una relación como parte de la normalidad no actuarían y el asesinato no se produciría.

Erradicar la violencia de género debe ser el objetivo prioritario. No podemos aceptar como democracia que cada año asesinen de media a 60 mujeres y a cinco niños y niñas, asesinatos que representan alrededor del 22% de todos los homicidios que se cometen en España. Ningún grupo sufre tanta violencia como las mujeres en una relación de pareja actual o pasada, ni siquiera un grupo criminal sufre 60 homicidios cada año entre sus integrantes. Y ningún grupo es tan violento como el de los hombres en una relación de pareja actual o pasada.

Y para conseguirlo tenemos dos objetivos inmediatos. El primero es actuar contra el “negacionismo” que pregona la ultraderecha y ante el que la derecha calla y acompaña en sus decisiones. Piensen por un momento cuál es el efecto que se produce si a los hombres maltratadores les dicen desde las instituciones que la violencia que ejercen no existe, ¿creen que dejarán de maltratar o que aumentarán su violencia? Y el segundo es llegar a las víctimas para atenderlas, recuperarlas junto a sus hijos e hijas y protegerlas, y entonces, cuando se sientan seguras, que denuncien. Para lograr este objetivo hay que actuar donde está el 100% de las mujeres, que es en el sistema sanitario, al que acuden un 33% más que las mujeres no maltratadas por el impacto que tiene la violencia en su salud.

El machismo y sus violentos están presentes en todo momento, y ahora, por duro que nos pueda parecer, hay hombres pensando en asesinar a sus parejas o exparejas. ¿Qué hacemos: actuamos o esperamos?

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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