Los franceses están llamados a las urnas este domingo por tercera vez en menos de un mes, y el resultado podría dejar una Francia ingobernable a falta de tres semanas para el inicio de los Juegos Olímpicos de París. Si la primera vuelta de las elecciones legislativas confirmó la tripolarización de la vida política –entre la derecha nacionalista, la unión de la izquierda y el macronismo–, la segunda y definitiva podría ampliar esta brecha.

La coalición presidencial recupera parte del terreno perdido en primera ronda. Según el último sondeo diario de Ifop-Fiducial para Le Figaro, LCI y Sud Radio, el bloque presidencial que conforman el partido Renacimiento de Emmanuel Macron, el Movimiento Demócrata (MoDem) de François Bayrou y la plataforma Horizontes del ex primer ministro Édouard Philippe conseguiría entre 95 y 125 escaños en la Asamblea Nacional. Seguiría, no obstante, lejos de la mayoría actual de 250, y significativamente por detrás del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen y el Nuevo Frente Popular (NFP) de insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas.

La extrema derecha de Le Pen y Jordan Bardella, el joven candidato a primer ministro, obtendría entre 210 y 240 escaños, según la citada encuesta. Quedaría a una distancia considerable de la cifra mágica de 289 que marca la mayoría absoluta. Le Pen se comprometió a no gobernar si no alcanzaba esa mayoría absoluta. Mientras, el bloque de izquierdas acumularía entre 170 y 200 diputados, consolidándose como segundo grupo por delante del macronismo.

El sondeo de Ifop recoge que, en esta fase, los electores de las circunscripciones no cubiertas en la primera vuelta –es decir, en las que ningún candidato superó el 50% necesario para hacerse con el escaño– tienen previsto votar en la segunda. El 92% del electorado de estas circunscripciones dicen, además, estar seguros de su elección de voto. La cifra de participación ascendería hasta el 68%, un punto porcentual más en comparación con la primera vuelta.

Le Pen, sin embargo, dijo el miércoles estar «muy confiada» en lograr la mayoría absoluta en segunda vuelta para enviar a su pupilo Bardella a Matignon. «Los franceses han mostrado que quieren el cambio», declaró a los micrófonos del canal TF1. No se mostró inquieta Le Pen por la alianza que, para entonces, ya habían empezado a tejer el espacio del macronismo y el Nuevo Frente Popular para retirar las candidaturas con menos opciones de batir al aspirante de ultraderecha en cada circunscripción en liza.

«Los franceses están hartos de no ser tratados como adultos responsables que saben lo que es bueno para el país», señaló Le Pen en referencia a las consignas de diferentes partidos para votarse entre sí. De todas formas, la heredera de la extrema derecha francesa insistió en que su partido, junto con algunos aliados de Los Republicanos (LR), «es el único capaz de tener una mayoría absoluta» que pueda dar «una perspectiva de crecimiento a Francia».

Share.
Exit mobile version