Una vez derrotados los mosquitos, en el paraíso de diseño danés donde pasa los días Alemania en Herzogenaurach, flota la preocupación por otro picotazo. Enfrente van a tener a la selección más arrojada de la historia de las Eurocopas. Ningún equipo se ha lanzado nunca a defender tan lejos de su portería como España. Las acciones defensivas de la selección se localizan, de media, a 53,4 metros de su portero, según los registros de StatsBomb, ocho metros más arriba que en el último gran torneo de selecciones, el Mundial de Qatar.

Ese rasgo de la Roja ha estado presente estos días en las charlas preparatorias de Nagelsmann, como contó Leroy Sané este martes en Herzogenaurach: “Estamos todavía en medio de la preparación del partido, pero sabemos que saben presionar arriba, y eso nos da espacio que sabremos explotar”.

El cuerpo técnico de la selección española también tiene en mente esos espacios que se abren cuando se desajusta el ejercicio coral. También los que generan cuando se desordenan al atacar y pierden la pelota, y no están bien distribuidos para desactivar el contraataque. El partido de octavos contra Georgia supuso un toque de atención. Así llegó el gol, y así llegó también el resto del peligro que se encontró la Roja. Fue la lección de los octavos. Si Georgia contaba con las carreras de Kvaratskhelia y Mikautadze, Alemania dispone del vértigo de Musiala y de Sané, con Kroos como lanzador.

Pese al riesgo, el cuerpo técnico español no contempla aparcar este rasgo. Al contrario: están convencidos de que puede resultar determinante para desactivar al anfitrión. Creen que ningún equipo les ha apretado como puede hacerlo España.

Más ocasiones de gol

La presión de la Roja es importante sobre todo por lo que sucede después, algo que ya conocía Sané al comienzo de la semana: “Cuando recuperan no se quedan con la pelota y la juegan hacia atrás, sino que son más verticales”. El metódico Nagelsmann, que antes de los partidos se escribe un guion de cómo los imagina, explicó ayer lo que consigue así España: “Así es como crean más ocasiones de gol”, dijo.

En ese punto, en lo que sucede tras la recuperación es donde radica el cambio que mejor resume el nuevo estilo de la selección. Esta es la única Eurocopa en la que España ataca más rápido que la media de los equipos del torneo, según StatsBomb, que dispone de datos desde 1996. La selección se acerca a la portería contraria a 2,3 metros por segundo, cuando la media está en 2,1. El contraste con el último gran torneo es enorme. En Qatar, España fue el equipo que más lento atacó, a 1,1 metros por segundo.

Es clave la idea de De la Fuente, pero también otro punto que mencionó Sané: “Les ayuda tener armas nuevas, como sus extremos. Nos tenemos que preparar para combatir sus fortalezas”. Eso requerirá un esfuerzo defensivo extra: “Es crucial ayudar a los defensas y evitar que se encuentren en situaciones de uno contra uno”. Como explicó Nagelsmann, el problema no se limita a los atacantes por fuera: “Es difícil defender a los extremos, pero también tienen laterales potentes, lo que les permite jugar con dobles pases. Combinan por dentro y por fuera y eso los hace muy complejos de defender”.

Sané está dispuesto: “Sé que tengo reputación de no ayudar, pero he aprendido. Y me gusta. La defensa empieza arriba”.

Como en España, que no es el equipo que más presiones totales realiza, pero sí el que más ejecuta en el campo contrario, 104 por partido, el 63% de todos sus esfuerzos defensivos, más que nadie. Y con mucha intensidad. Nunca se había lanzado tantas veces y tan rápido a por los contrarios. Ha registrado 101 acciones agresivas por partido: las veces que ha ido a por un rival menos de dos segundos después de que reciba el balón. En Qatar, fue la tercera selección que menos lo hizo, solo 64,50 veces por partido.

Los extremos de España han llamado la atención de la Eurocopa, pero Nagelsmann sabe que su gran amenaza nace en la presión.

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