El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, ha enviado una carta a los accionistas de la entidad, la segunda en mes y medio, y en la víspera de la junta de accionistas del BBVA, que se celebrará este viernes 5 de julio, para dar el visto bueno a la ampliación de capital con la que el banco de origen vasco espera abordar la adquisición. Olíu aclara que “en ningún momento se está decidiendo en la junta” algo que “presuponga un posible éxito de aceptación en la opa, ni presupone decisión alguna por parte de los accionistas que pudieran serlo de ambas entidades”.

Pero lo cierto es que el hecho de que esos accionistas en común entre ambos bancos representen una buena parte del capital de ambas cotizadas hace que el mercado se fije en la junta del BBVA como una especie de indicador adelantado de la predisposición del mercado a acudir a la opa en unos meses. Los grandes fondos e inversores institucionales representan algo menos del 60% del capital del Sabadell, mientras que el resto está en manos de inversores minoristas. El BBVA ha diseñado la transacción de tal forma (con una aceptación mínima del 50,01%) que una contundente victoria en ese tramo institucional les garantizaría la victoria.

BlackRock, por ejemplo, es el primer accionista de ambos bancos. En el Sabadell tiene el 6,7%, mientras que en el BBVA es dueño del 5,9%. Otros grandes fondos como Vanguard o Norges también están presentes en ambas entidades.

Oliu reitera en la misiva que “aún están lejos del momento en que, si cabe, tengan que tomar alguna decisión” sobre la opa lanzada por el BBVA. “Será en el momento en que se abra el plazo de aceptación de la opa cuando usted tendrá la oportunidad de decidir. No se sabe cuándo esto se va a producir, pero por la complejidad de los procedimientos en curso se estima que pueda ser a finales de 2024 o incluso en 2025″, indica en la misiva publicada también en la web del banco catalán.

La transacción aún está pendiente de recibir las autorizaciones del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV). El primero cuenta con 60 días, desde el pasado 4 de junio, para ello, mientras que la segunda institución aún no ha decidido si analizará la transacción en una segunda fase, lo que puede dilatar mucho los tiempos. En cuanto al regulador bursátil, que admitió la oferta a trámite en junio, cuenta con un plazo de 20 días para analizarla, que puede reiniciar a placer; no se podrá pronunciar hasta que lo haga el BCE. Solo será entonces, en el plazo de aceptación de entre 15 y 70 días, cuando los accionistas del Sabadell se tendrán que pronunciar.

El presidente del Sabadell ha recordado que el consejo del banco deberá dar su opinión entonces, en un plazo de hasta 10 días desde que se inicia el periodo de aceptación. Para ello, ha reclamado que el BBVA “publique de forma clara, transparente y completa todos aquellos elementos que puedan tener una implicación en el valor ofrecido”.

Ha afirmado, además, que el consejo del banco catalán tendrá en cuenta en ese informe los siguientes puntos. El impacto tanto de una fusión entre ambas entidades tras la opa, como de que el Gobierno (que debe autorizar ese movimiento) la bloquee. En segundo lugar, las sinergias esperadas, los costes de reestructuración y el impacto en capital. En tercer lugar, las pérdidas de negocio estimadas, fundamentalmente entre pymes. En cuarto lugar, el impacto en el capital de la ruptura de los acuerdos con terceros y los impactos en las carteras de bonos y créditos. Y, en último lugar, las condiciones que puede poner la CNMC a la oferta.

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