El entrenador vitoriano Pablo Laso deja el banquillo del Bayern Múnich debido a “motivos personales”, según ha anunciado el club alemán en un comunicado. Después de una única campaña en el conjunto de Baviera, en el que ha conquistado el doblete de Bundesliga y Copa, el extécnico del Real Madrid, con el que logró 22 títulos en su etapa más fructífera, concluye su etapa en Alemania. “La decisión personal de Pablo nos sorprendió, pero lo respetamos mucho como entrenador y como personalidad y ahora tenemos que agradecerle mucho su trabajo y su gran compromiso durante la exitosa temporada pasada”, dijo el director general de baloncesto de la entidad, Marko Pesic. “Le deseamos a Pablo todo lo mejor para el futuro; siempre estará asociado a nosotros, y no solo por la doble victoria”, afirmó. Pocos minutos después de que el Bayern haya anunciado la marcha de Laso, el Baskonia ha publicado un vídeo en sus redes sociales en el que daba la bienvenida a su casa al técnico, que nunca ha entrenado en la entidad presidida por Josean Querejeta pero en la que sí fue jugador.

Laso jugó once temporadas en Vitoria antes de dar el salto al Real Madrid durante dos cursos cuando era jugador. Con el Baskonia consiguió la Copa del Rey de 1995, que supuso el primer título de importancia para la entidad vasca y el inicio de un camino plagado de éxitos (el club tiene 4 Ligas, 6 Copas y 4 Supercopas, además de una Recopa de Europa y dos subcampeonatos de la Euroliga) pero que en los últimos años ha adolecido de ellos, a excepción de la ACB levantada en 2020 en plena pandemia con un formato extraño de fase final que se jugó en Valencia.

Laso, de 56 años, llegó al club de Baviera el curso pasado ahora hace un año, en lo que supuso el regreso a los banquillos del preparador tras su polémica salida del Real Madrid hace dos cursos, cuando el club blanco prescindió de sus servicios, después de 11 años en el cargo, tras sufrir un problema cardiaco. Laso, que cogió las riendas del Bayern después de una muy mala temporada —15º en la Euroliga (11 victorias y 23 derrotas) y derrotado en semifinales de la Liga frente al Ratiopharm Ulm— no pudo mejorar las prestaciones de la entidad alemana en Europa este año, también 15º, pero sí en las competiciones domésticas, donde ha alzado el doblete de Liga y Copa.

Laso sufrió un infarto de miocardio el 5 de junio del año pasado, horas después de dirigir un encuentro ante el Baskonia en semifinales de la ACB. El técnico fue ingresado en la UCI del hospital Sanitas de la Moraleja, se le practicó un cateterismo y recibió el alta hospitalaria dos días después. “Estoy perfectamente. La vida me ha dado un aviso”, comentó entonces. El preparador no volvió a sentarse en el banquillo madridista ni durante el resto de las semifinales contra el Baskonia ni en los duelos de la final de la Liga frente al Barcelona, aunque participó en algunos entrenamientos. Su lugar lo ocupó su ayudante hasta entonces, Chus Mateo, que conquistó el título liguero y hoy es el técnico principal blanco y campeón de la Euroliga.

Laso y el Madrid comenzaron entonces un enfrentamiento sobre el estado de salud del entrenador. El vitoriano afirmaba que se encontraba “en perfecto estado” para entrenar, y aseguraba que contaba con el visto bueno de los médicos a los que había consultado. El Madrid, en cambio, esgrimió “razones médicas” para apartarle definitivamente del banquillo casi un mes después del infarto, el 4 de julio. “Tras el infarto que sufrió hace unas semanas, el Real Madrid ha realizado varias consultas a médicos y especialistas en cardiología y todos ellos han manifestado el riesgo evidente que para su salud supone seguir en estos momentos como técnico de la plantilla”, explicó el club en un comunicado; “no adoptar esta medida sería absolutamente irresponsable”. Laso respondió: “Los médicos que me han tratado me han dicho que estoy perfectamente y me hubiera gustado que el club, si tenía otra información, me la hubiera comunicado. Los informes médicos del Real Madrid yo no los tengo, tengo los míos. No sé si es una traición, pero yo me voy a fiar de lo que me dicen los médicos. Todos mis informes médicos son personales”.

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