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El Gobierno y el PSOE se lanzan en tromba contra Alberto Núñez Feijóo por la imputación Alberto González Amador, la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad documental. Después de que salieran varios ministros y dirigentes del PSOE nada más conocerse la imputación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha elevado el tiro desde Bruselas y ha volcado toda la presión sobre Feijóo. El día anterior, precisamente en la capital belga, el líder del PP había evitado cualquier crítica a la presidenta madrileña o a su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. El presidente ha marcado la senda que seguirá el Gobierno. Como se ha visto en las últimas dos semanas en las sesiones de control en el Congreso y el Senado, el objetivo no es tanto Ayuso, sino el silencio de Feijóo.
“Creo que después de las noticias conocidas hoy —en referencia a la imputación de Alberto González— el señor Feijóo no tiene excusas, ni tampoco la señora Ayuso tiene argumentos para no dimitir o exigir su dimisión”, ha dicho Sánchez. “Es lo que espera todo el mundo en España, que el PP asuma su responsabilidad y le exija su dimisión a la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid”, ha insistido. El líder del PSOE va más lejos, y trata de mostrar a Feijóo como un líder débil que no puede con la dirigente madrileña, y que ya fue decisiva en la caída de su predecesor Pablo Casado. “Feijóo llegó al liderazgo del PP después de que el anterior se enfrentara a la señora Ayuso por un caso de corrupción que él denunció. Y en vez de que la señora Ayuso asumiera esa responsabilidad, lo que hicieron fue expulsar a quien denunció esa corrupción. Quizá por eso el señor Feijóo no se atreva, no quiera o no pueda exigir responsabilidades políticas a la señora Ayuso”, ha rematado el presidente.
Sánchez trata de usar la corrupción como un bumerán contra el PP. Después del caso Koldo por el que se investiga el pago de comisiones ilegales para conseguir contratos de suministro de mascarillas a la Administración en lo peor de la pandemia, que ha provocado tal vez el mayor momento de debilidad política del presidente desde que llegó a La Moncloa, el líder del PSOE se concentra ahora en convencer a los ciudadanos de que lo importante no es tanto los casos en sí, sino la forma de reaccionar de los partidos y sus líderes. Y en la rueda ha insistido en que mientras el PSOE pidió inmediatamente el acta por responsabilidad política a José Luis Ábalos, el que fuera su secretario de organización y mano derecha, Feijóo no ha movido un dedo frente al escándalo de la pareja de Ayuso. “Criticar la corrupción de un tercer partido es sencillo. Pero lo relevante es tomar medidas en tu propio partido cuando te afecta. Yo he tomado decisiones contundentes cuando hemos tenido casos de corrupción”, se ha reivindicado, frente al silencio del líder del PP. Durante un acto este viernes en la empresa Teknia Vizcaya, sin preguntas, Feijóo evitó hablar del caso Ayuso y solo se centró en el caso Koldo.
En el Gobierno se detecta una evidente preocupación por el ambiente de polarización extrema que se vive y que está provocando ya realidades inquietantes para el mundo político, como el hecho de que en el barómetro del CIS de marzo la política haya vuelto a la cabeza de las principales preocupaciones de los españoles. Sumar, por ejemplo, está dejando claro que no le gusta el tono de respuesta al PP que ha elegido el PSOE y teme que esto pueda desmovilizar a la izquierda. Pero Sánchez, preguntado por la posibilidad de que este ambiente se vuelva en contra del propio Gobierno, responsabiliza de él en exclusiva al PP.
“De seis años a esta parte tenemos una oposición absolutamente destructiva, que tacha al Gobierno de ilegítimo, que no reconoce el resultado de las urnas. Una oposición tóxica, que quiere ilegalizar partidos, que pide mi inhabilitación por una denuncia que la Oficina de Conflictos de Intereses ha archivado”, ha dicho el presidente en relación con la reclamación del PP a este organismo para que investigara si Sánchez tenía que inhibirse en el rescate de Air Europa. El argumento de los populares es que esta empresa firmó una colaboración en 2020 con el África Center del Instituto de Empresa, que dirigía su esposa, Begoña Gómez, “para la celebración de diversos actos relacionados con la innovación en el sector turístico” y que finalmente no llegó a concretarse, según este centro.
Sánchez sí admite que todo este ambiente tóxico puede afectar a las elecciones, justo ahora que vienen tres seguidas, pero insiste en culpar en exclusiva al PP. “Esta estrategia de desmoralizar al electorado, que busca desafección, parte de una polarización asimétrica. Hay gente que insulta y gente que somos atacados. Gente que miente y quienes decimos la verdad. Esto no puede llevar a la equidistancia o a un empate entre quien ataca y quien es atacado. No es un tema que afecte solo a los partidos, es un desafío que concierne a todos los que creemos en la política. Quien quiere embarrar la política es porque está de barro hasta arriba. Es evidente que algunos partidos actuamos con contundencia y otros tapan esa corrupción y elevan el ruido sobre lo que no hacen, pero exigen a los otros. Pero también hay una responsabilidad de los medios. Hay medios en los que su silencio ante el intento de amedrentar a periodistas es clamoroso”, ha rematado.
Al líder del PSOE también le han preguntado por la intervención el jueves de Carles Puigdemont, que lejos de apostar por la reconciliación y pasar página, como suele plantear Sánchez, insistió en que se presenta con la intención de “culminar el trabajo” de 2017 y lograr un referéndum de independencia. Preguntado por esa ausencia de la idea de la reconciliación, Sánchez ha esquivado la cuestión y ha minimizado el impacto de la decisión de Puigdemont de volver a presentarse. “Esta es la tercera vez que se presenta el señor Puigdemont. Pero sucede que estamos en un tiempo completamente distinto, en un tiempo nuevo. Y creo que la ciudadanía catalana el próximo 12 de mayo tiene una disyuntiva que resolver con su voto. Y es si quiere una Cataluña que mire hacia adelante o una Cataluña que mire hacia atrás. Yo creo que el PSC de Salvador Illa va a ganar por un amplio margen, incluso más de lo que dicen estos estudios demoscópicos, porque creo que la ciudadanía catalana lo que quiere es pasar página. Por tanto, más allá de lo que pueda decir uno u otro candidato, lo importante es mirar hacia el futuro, tener un presidente que se dedique a las cosas, como Illa”, remató Sánchez, que ya está en plena precampaña para las catalanas, decisivas no solo para esta comunidad sino para la estabilidad política del propio presidente y su Gobierno.
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