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Tras ultimar los detalles a lo largo de este lunes, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y Salvador Illa, primer secretario del PSC, firmarán a las 16.00 de este martes en el Palau de la Generalitat el acuerdo presupuestario para 2024. El líder de la oposición presentará en el Parlament detalles del documento que firmarán las dos fuerzas políticas. Esta es la segunda vez que los socialistas respaldan las cuentas del Ejecutivo catalán, que toma aire con la medida hasta final de legislatura, que expira en febrero de 2025. Los dos partidos tendrán que sumar a un tercer socio para apuntalar las cuentas porque suman 66 escaños y están a dos de la mayoría absoluta.
Aragonès optó hace un año por firmar primero el acuerdo con los comunes y alcanzar otro después con los socialistas, gestado de forma tortuosa, para sumar la mayoría. La estrategia, que disgustó a los socialistas, esta vez no ha sido así y el president ha empezado primero por el partido mayor. El grupo de Jéssica Albiach ha insistido en las últimas semanas que no piensa aprobar unas cuentas que pivotan sobre la creación del megacasino Hard Rock al que se oponen de forma radical y más en medio de una sequía histórica. El president no ha mostrado nunca entusiasmo por ese proyecto, pero afirma que no puede renunciar a unas cuentas que contemplan más de 2000 millones de gasto por frenar el plan.
PSC y ERC ya han anunciado un acuerdo presupuestario en el Ayuntamiento de Barcelona, donde gobiernan los socialistas, pero tampoco alcanzan la mayoría absoluta. El pacto que se anuncia hoy de las cuentas de la Generalitat preludia que los republicanos apoyaran unos eventuales Presupuestos Generales del Estado. El equipo de la consejera de Economía, Natàlia Mas Guix, ha priorizado alcanzar una alianza con el PSC para luego tratar de resolver las aristas que presenta un trato con los comunes.
El Govern siempre ha defendido que tenía conversaciones abiertas con todos los grupos y que perseguía un acuerdo lo más amplio posible, sin embargo, las conversaciones con Junts per Catalunya (antiguo socio del Govern de Esquerra en la Generalitat) apenas han pasado de meros tanteos, atendiendo a la distancia que separa a ambas formaciones. Junts plantea como principal medida bonificar el 99% del impuesto de sucesiones, algo que rechaza ERC. ERC y PSC buscan que los comunes se abstengan para facilitar la aprobación y no impulsen una enmienda a la totalidad.
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