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El Partido Popular y Ciudadanos concurrirán por separado a las elecciones catalanas del 12 de mayo tras no ser capaces de lograr un acuerdo para que lo que queda del partido que fundó Albert Rivera se integrase en el de Alberto Núñez Feijóo. “El PP lamenta que las conversaciones con Ciudadanos no hayan fructificado a pesar de la honesta voluntad de ambas direcciones”, han señalado fuentes del PP, que confiesan que tenían como objetivo absorber a Cs tanto para las elecciones en Cataluña como para las europeas del 9 de junio. Ambas formaciones admiten que no ha sido posible el acuerdo “por las tensiones internas” de Ciudadanos. Adrián Vázquez, líder de Cs, ha puesto su cargo de secretario general a disposición de su formación tras el fracaso del acuerdo.
Los dos partidos han emitido sendos comunicados, de pocas líneas, para explicar el porqué del fracaso de las negociaciones. El PP subraya que los negociadores se han empleado a fondo en las últimas semanas para cerrar un acuerdo de “incorporación” de Cs al PP, para que esta se materializara en las catalanas y las europeas (nada se dice de las vascas). “Considerábamos oportuno plantear que Cs se sumara a la única alternativa constitucionalista real al desgobierno de un presidente que solo ofrece cesiones al independentismo a costa del Estado de derecho y cuyo Gobierno se encuentra salpicado por una trama corrupta”, argumentan los populares en el tono habitual del último año.
Ciudadanos ha lamentado este viernes en un comunicado la “imposibilidad” de alcanzar un acuerdo con el PP “satisfactorio para todas las partes”, algo que la dirección naranja atribuye a las “tensiones internas” y al “ruido externo” que han rodeado las negociaciones con el partido de Alberto Núñez Feijóo. En otro comunicado, Adrián Vázquez ha señalado que pone su cargo a disposición de su partido con carácter inmediato porque no puede ofrecer su compromiso a una causa en la que, sostiene, no cree, ni quiere ser un “obstáculo” para sus compañeros.
Las tensiones internas que citan ambas formaciones se refieren a la postura que ha mantenido el líder de Ciudadanos Cataluña, Carlos Carrizosa, quien se mostró a favor de una “coalición” con el PP de cara a estos comicios que recogiera las “sensibilidades” de ambas formaciones, pero en ningún momento contempló la posibilidad de una “integración”, como pretendía el PP.
El adelanto de las elecciones por parte de Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, tras el rechazo de los presupuestos catalanes, ha precipitado unas negociaciones que llevaban meses en marcha. Pero la integración, la absorción de Cs por parte del PP, ha roto el acuerdo. La integración fue planteada la semana pasada por la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, la semana pasada.
Los catalanes y el conjunto de los españoles merecían construir una alternativa constitucionalista fuerte y amplia. El momento es gravísimo y por eso lo hemos intentado hasta el final. Lamentablemente, no ha sido posible.
Muchas gracias a tantos por tanto. Ha sido un honor. pic.twitter.com/EhlAVd0iil
— Adrián Vázquez Lázara 🇪🇦🇪🇺 (@AdrianVL1982) March 22, 2024
Según planteaban en el PP, la absorción hubiera permitido al “talento” restante de Ciudadanos permanecer en la primera línea política, ya que el escenario alternativo era presentarse en solitario a las elecciones catalanas y a las europeas, con el riesgo de perder su representación en el Parlament de Cataluña o la Eurocámara, a la vista de las últimas encuestas.
Tras sufrir la fuga de concejales y diputados que han recabado en el PSC o en el PP (su exportavoz Nacho Martín Blanco fue cabeza de lista por el PP el 23-J), Ciudadanos casi ha desaparecido en toda España, salvo en Cataluña, donde nació en 2006. La formación mantiene esa resiliencia y, por tanto, rechaza cualquier integración. La semana pasada, Cs presentó una enmienda a la totalidad a los presupuestos, pero censuró a la presidenta del Parlament Anna Erra por haber atrasado la votación para permitir la llegada de un diputado de Vox, cuyo voto en contra provocó la caída de los presupuestos. En Cataluña, donde ganó las elecciones en 2021, suma ahora seis escaños, pero las últimas encuestas vaticinan que no obtendrá representación.
Génova buscaba la “reunificación” completa de dos de las tres derechas que se escindieron con la entrada de Ciudadanos y de Vox en el tablero político, aunque el partido liderado en el pasado por Albert Rivera e Inés Arrimadas apenas tiene ya rédito electoral.
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