En Democracia, el poder ejecutivo no está para intervenir en las decisiones judiciales, exactamente lo que ha hecho Pedro Sánchez con la ley de amnistía y la modificación del Código Penal, decisiones orientadas, sin ambages, para beneficiar a los condenados del procés y a Puigdemont en concreto.

Independientemente de la posible inconstitucionalidad de la ley y del laberinto procesal en que se encuentra en este momento todo lo relacionado con el asunto, con el riesgo de que cualquier juzgado presente una cuestión prejudicial al Tribual de Justicia de la Unión Europea, en términos políticos, la operación tendrá una dudosa rentabilidad para el propio Sánchez.

Con la decisión del Tribunal Supremo de no amnistiar el delito de malversación de Puigdemont y, por tanto, mantener la orden de captura, el horizonte en Cataluña es de repetición electoral.

El ala moderada de ERC no se atreverá a investir a Salvador Illa en esta circunstancia, y el sector más proclive a pactar con Junts, ve desmoronada su estrategia. Por su parte, Puigdemont no sostendrá al Gobierno en Madrid por mucho tiempo, todo lo que podía sacar lo ha obtenido y, todo apunta, a que no es suficiente para llevarle a la presidencia de la Generalitat.

En Moncloa temen otras elecciones autonómicas, es difícil mantener la lealtad de muchos de los votos que han sido prestados desde diversos sectores de la sociedad catalana al PSC.

Sin embargo, para los separatistas es más sencillo mejorar. Los malos resultados electorales, tanto en las catalanas como en las europeas, les empuja a un distanciamiento con el PSOE para recuperar espacio.

En definitiva, la repetición de elecciones en Cataluña podrán ser el zaguán de elecciones anticipadas en España. Sánchez apelará al riesgo de la extrema derecha, confrontará con Vox para polarizar y señalará a Francia como ejemplo de lo que puede ocurrir.

Pero muchos de los votos que el partido ultra tuvo en las europeas son votos con destino natural al Partido Popular en comicios nacionales, porque los ciudadanos votan en clave distinta a la mera protesta o los maximalismos ideológicos.

Por otra parte, el proceso de podemización del PSOE de los últimos años, le ha sido útil a Sánchez para aglutinar los votos de Sumar y de Podemos, pero ha sido un juego de suma cero en la izquierda, lo que ha ganado el PSOE lo ha perdido Sumar, mientras que el PP se ha consolidado en el espacio de centro derecha con los votos de Ciudadanos.

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