El artista musical Sean Combs, conocido como Puff Daddy o Diddy, encara su sexta denuncia por violencia sexual, la quinta contra una mujer. Esta vez ha sido una exmodelo, de nombre Crystal McKinney, quien ha afirmado que Combs abusó de ella en el año 2003, cuando ella tenía solo 22 años. El rapero tiene abierta una investigación federal tras la media docena de denuncias recibidas por diversas víctimas, y está siendo especialmente observado desde la semana pasada, cuando salió a la luz un durísimo vídeo en el que se le veía propinarle una paliza en el pasillo de un hotel a quien fue su pareja durante años, la también cantante Casandra Ventura, conocida como Cassie, que le denunció en noviembre del año pasado precisamente por los hechos que se ven en el metraje.

Ha sido el medio estadounidense TMZ quien ha obtenido en primicia la denuncia de McKinney contra el rapero, una demanda por daños en el que le acusa de abusar de ella y de obligarla a practicarle sexo oral. Según la modelo, ambos se conocieron en un evento por la semana de la moda masculina de Nueva York en un hotel de la ciudad, el célebre Cipriani, y él la invitó a su estudio de grabación. Según llegó —tal y como indica en su relato— tanto el rapero como algunos colegas estaban bebiendo coñac y fumando marihuana; ella también dio una calada, que recuerda como “muy fuerte”, y que cree que debía llevar algún narcótico porque se sintió mal, como ida. Después, él le pidió que le acompañara al baño y allí empezó, sin su consentimiento, a besarla y a apretar su cuerpo contra el de ella, así como a bajarle la cabeza para obligarla a realizarle una felación.

La modelo afirma que para entonces trató de zafarse pero que se sintió cada vez más mareada, hasta que perdió la consciencia. Cuando se despertó y trató de pedir un taxi se dio cuenta de que había sufrido una agresión sexual. En la demanda no se especifica si, además de la felación, hubo algún ataque más.

Según la hoy exmodelo, Combs trató de aprovecharse de su inocencia con vagas promesas de avances profesionales. Pero fue todo lo contrario, porque desde entonces, afirma, fue “expulsada” de la industria, lo que la llevó a sufrir graves depresiones e incluso un intento de suicidio en 2004. Ahora, afirma, tras las declaraciones de otras personas que han pasado por lo mismo que ella vivió, sintió que tenía “la obligación moral de alzar la voz”, afirma.

Esta es ya la sexta denuncia contra Combs, en una serie de acusaciones que empezaron con la de Casandra Ventura a mediados de noviembre y que, contra todo pronóstico, se resolvió un día después, cuando ambos llegaron a un acuerdo extrajudicial, pese a que los abogados de él afirmaron que ella solo buscaba dinero, 30 millones de dólares, en concreto. Hace pocos días, a mediados de mayo, el mundo comprobó con terror cómo la artista y exmodelo no erraba una coma en su declaración, en la que hablaba de palizas en hoteles y persecuciones por los pasillos, como se pudo comprobar en el vídeo en exclusiva de CNN de una cámara de seguridad del Intercontinental de Century City (Los Ángeles) de 2016.

Combs pidió disculpas en un vídeo un par de días después: “Es difícil reflexionar sobre los momentos más oscuros de tu vida, pero a veces toca hacerlo. La cagué. Quiero decir, hasta el fondo”. También contaba que buscó ayuda profesional y que fue a terapia, y que busca ser “un hombre mejor cada día”. En las imágenes, que colgó en sus redes sociales, no pronunciaba el nombre de Cassie, a causa de los férreos acuerdos de confidencialidad que tienen. La prensa estadounidense asegura que sus abogados le han permitido grabarlo siguiendo su guía, puesto que su posible acusación pende de un hilo.

Después de Ventura llegó la demanda de otra mujer, de nombre Joi Dickerson-Neal, que animada por la declaración de la exnovia del artista se decidió a contar su historia. Acusaba al músico y empresario de haberla violado en 1991, cuando ella era una estudiante que apenas tenía 19 años, y además de haber grabado un vídeo de aquella violación. Tras ella llegó Liza Gardner. Ella contó que, junto a otro cantante llamado Aaron Hall, Combs y él abusaron sexualmente de ella y de una amiga en el año 1990. También en el mes de febrero un productor que solía colaborar con Combs, Rodney Jones Jr., aseguró que este le había sometido a tocamientos no consentidos, además de pasear desnudo ante él y de presionarle con violencia y dinero.

La acusación más grave contra Combs tuvo lugar en diciembre por parte de una joven que no ha dado su nombre y que en 2003, cuando ocurrieron los hechos, tenía apenas 17 años. En connivencia con el presidente de su discográfica, Bad Boy, llamado Harve Pierre (que la conoció esa noche), trasladaron a la adolescente desde Detroit, en Michigan, hasta su estudio de Nueva York en un avión privado. Primero la drogaron y después Pierre, Combs y otro hombre más la violaron. A la mañana siguiente la montaron en otro avión de vuelta a Detroit. Al ser ella menor de edad y al trasladarla entre Estados, podría considerarse tráfico de menos, lo que supondría una grave pena para Combs, que ya está siendo investigado por el FBI.

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