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Cada vez más pacientes consultan por disfunción eréctil (DE). Este aumento podría atribuirse a una mayor concienciación sobre esta enfermedad y la voluntad de los hombres para buscar opciones de tratamiento.
Además, el surgimiento de terapias farmacológicas eficaces, como los fármacos tipo Viagra o Cialis, ha animado a muchos hombres.
El cambio en la percepción de la salud sexual masculina ahora vista como un elemento clave para el bienestar integral ha reducido el estigma y motivado a más pacientes a solicitar ayuda.
Además, la disfunción eréctil puede ser un síntoma precoz de otras afecciones, como problemas cardiovasculares o diabetes, lo cual ha impulsado tanto el diagnóstico como la intervención temprana. La mitad de las consultas en mi clínica de salud masculina están relacionadas con esta problemática.
La DE afecta a hombres de diversas edades, aunque es más prevalente entre los mayores de 50 años. No obstante, este trastorno no discrimina, y los hombres jóvenes también son susceptibles de padecer disfunción eréctil.
Al abordar este asunto es común que los hombres experimenten sentimientos de vergüenza o desánimo, ya que la disfunción eréctil puede influir negativamente en la autoimagen y conceptos de virilidad.
No es inusual que se muestren reticentes a hablar de estos temas; por eso, como urólogos, proporcionamos un espacio de empatía y profesionalismo. Esto facilita que los hombres ganen confianza para expresar sus inquietudes y explorar las soluciones terapéuticas que ofrecemos. Con el fortalecimiento de la confianza médico-paciente, los hombres se abren más al diálogo sobre sus preocupaciones y las posibilidades de tratamiento.