Una reconstrucción del grupo armado Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), que en los setenta intentaba imponer la anarquía en Barcelona, es el texto ganador de la vigesimosexta edición del Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias, entregado por la editorial Tusquets. Hasta el último aliento. Puig Antich, un policía olvidado y una guerrilla contracultural en Barcelona es el título de la obra del cordobés Manuel Calderón (1975), quien recibirá un anticipo sobre derechos de autor de 12.000 euros y una estatuilla de bronce diseñada por Joaquín Camps.

El relato rescata minuciosamente la guerrilla contracultural del MIL ―heredera del viejo anarquismo barcelonés y fascinada con los aires de Mayo del 68― a partir de dos figuras que se contraponen y alimentan, según relata un comunicado de la editorial. Una de ella es Salvador Puig Antich, su militante más conocido y rebelde que fue ejecutado por la dictadura franquista en marzo de 1974, de forma vengativa tras el atentado mortal contra Carrero Blanco. El otro eje es el subinspector de 24 años Francisco Anguas, muerto en un tiroteo en septiembre de 1973 cuando, junto a otros dos agentes de la Brigada Social, intentaba detener el atraco del grupo armado a un banco en el centro de Barcelona, enmarcado en su lucha contra el capitalismo.

Hasta el último aliento muestra de forma extraordinaria las muchas caras e interpretaciones que ofrece una misma historia, al tiempo que rescata del olvido intrahistorias personales, episodios y dramas íntimos injustamente marginados”, se puede leer en el fallo del premio anunciado este jueves. El jurado estuvo presidido por Miguel Ángel Aguilar y formado por Jordi Amat, Isabel Burdiel y Anna Caballé. El trabajo de Calderón, autor de títulos como Bach para pobres y Desccampados, fue escogido entre 83 los manuscritos enviados al certamen. Será publicado en marzo en la colección Tiempo de Memoria.

Los escasos militantes del MIL procedían de la burguesía ilustrada y conservadora catalana. Dispusieron de una red de pisos francos y de un arsenal de armas con las que solían deambular por una Barcelona que a comienzos de los setenta se debatía entre los fulgores de la contracultura y los estertores del franquismo. La autodestructiva trayectoria que Calderón traza del grupo armado termina con dos finales trágicos. Por un lado, Puig Antich fue condenado a muerte por un consejo de guerra. Meses después sería ejecutado por garrote vil, entre la estupefacción de la izquierda y la sed de venganza de una dictadura que se veía cada vez más acosada tanto interna como externamente, como reconstruye el comunicado de Tusquets.

Por el otro, está el fin del joven Anguas, muerto en la refriega. Amante de la lectura y cinéfilo apasionado por la obra de Truffaut, no respondía en absoluto a la imagen de la policía del régimen. Sobre su figura y su temprana y violenta muerte pronto cayó un espeso olvido. “Los agónicos meses finales del preso Puig Antich, los pormenores de un juicio militar sometido a presiones políticas y la frenética carrera de sus abogados por evitar la sentencia capital culminan una brillantísima crónica, para la que su autor ha contado con el testimonio tanto de los familiares de los principales protagonistas como de los antiguos militantes del MIL que sobreviven en la actualidad”, finaliza el texto del fallo del jurado.

El premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias se entrega ininterrumpidamente desde 1988. Sus últimos ganadores fueron Berlanga. Vida y cine de un creador irreverente (2021) de Miguel Ángel Villena; Pasolini. El último profeta (2022) de Miguel Dalmau y Un Carmen en Granada. Memorias de un dublinés de Ian Gibson.

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